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Estimado Presidente estoy muy orgullosa de ser Contadora Pública

Entiendo que los contadores tenemos las habilidades para comprender el significado de fórmulas financieras, los aspectos fiscales que debe cumplir el contribuyente, su configuración en cifras que nos dan opciones para comprender sus fortalezas y debilidades; pero de eso a que todos seamos cerebros maquiavélicos que solo están buscando la manera de evadir al fisco, hay mucha diferencia.

Decidí estudiar esta carrera porque me di cuenta que era una forma de servir y ser útil en una materia donde el panorama es confuso si no se comprende adecuadamente, además del ejemplo que aprendí de mi papá que también fue contador y a pesar de no contar con una pierna y estar ciego, tuvo la paciencia de enseñarme mucho de lo que hoy sé, y la lección más importante fue ser honesta y hacer correctamente mi trabajo, ya que mi servicio sirve para apoyar en su cumplimiento a un contribuyente que seguramente no se lo merece y nunca te lo va a agradecer, pero necesita hacer lo correcto para no poner en riesgo su patrimonio y ser considerado un buen ciudadano en esta sociedad en la que todos colaboramos.

Es importante comprender que el avance tecnológico ha generado muchas áreas de oportunidad en el conocimiento de los ciudadanos, pero al final es una computadora que no tiene ni inteligencia artificial ni sentido común para conocer mejor la operaciones que se llevan a cabo en este país. Las autoridades han dejado de acercarse a los contribuyentes y conocer sus formas de negocio para aplicar reglas más justas, y en el ánimo de buscar responsables, en lugar de comprender que han fallado en su acercamiento al ciudadano y tener conciencia comercial para las distintas regiones de este hermoso país, señalan como culpable a los contadores, que por lo general están más preocupados por presentar una declaración que a veces hasta el propio empresario.

Me he dedicado a dar capacitación en todo el país, ya son más de diez años de viajar desde Tijuana hasta Cozumel, y en cada ciudad he visto contadores que llegan desde los lugares más recónditos para aprender como cumplir y hacer bien su trabajo. Al final eso es lo que me mantiene compartiendo lo que sé con los que piden mi consejo.

Un principio importante para evitar riesgos en estos temas de lavado de dinero, es conocer mejor a nuestros clientes. Espero que nuestras autoridades conozcan mejor nuestra función, no todos somos corruptos y los buenos contadores somos más.

Y a los contadores que estén leyendo esta carta sincera, no se desanimen, nuestro servicio sobrepasa la intención de las críticas que estamos acostumbrados a recibir, y vale la pena seguir contribuyendo para generar un cambio, cada uno desde su trinchera, o mejor dicho, desde su escritorio.

ATTE.
L.C. PENÉLOPE CASTRO VALDEZ

A cada uno le parece correcto su proceder, pero el Señor juzga los motivos.
PROVERBIOS 16:2 NVI