Recién en la nota anterior platicábamos sobre la importancia de los sistemas al momento de generar resultados eficientes en la recaudación. Sin embargo, el SAT no es solamente un algoritmo, también son personas que están detrás del funcionamiento, la validación e incluso la corrección de lo que llamamos el robot. Por lo tanto, considero importante este comunicado, ya que pareciera que por darle la prioridad al algoritmo nos olvidamos de los seres humanos. Y este problema no es únicamente con esta institución, también tenemos ejemplos en el sector privado, donde aparentemente los algoritmos, las aplicaciones, el Internet de las cosas y en general las tecnologías disruptivas van reemplazando cada vez más las funciones de los seres humanos, pero ¿A cambio de qué? Es decir, podemos tener operaciones más rápidas, incluso realizar conciliaciones más precisas y hasta, por qué no decirlo, conjeturas desde otro ambiente.
Sin embargo, si al final toda esta infraestructura no considera la ética y la protección de los derechos de los seres humanos, resulta un apoyo digital pero deshumanizado. Y considero que hay muchos ejemplos de las consecuencias que puede generar el estar conectados todo el tiempo.
Recién me tocó ir a un supermercado y existen cajas de autopago donde de manera rápida, sin hacer tanta fila, pasas tus productos tú solito, y como es el eslogan de la tienda de autoservicio, pues tú solito te autocobras. Es práctico, es rápido en muchos casos, sin embargo, no nos están dando un estímulo o un ahorro, un plus por utilizar esta clase de servicios. Aunque por otro lado, se están dejando de lado fuentes de trabajo importantes. ¿Por qué? Porque al buscar desplazar a través de una aplicación la función de ese ser humano, podemos pensar que el servicio se vuelve más rápido, pero reitero, le estamos quitando la visión del ser humano que permite tomar decisiones ante imprevistos, porque los sistemas no son infalibles.
Pero volviendo a esta petición que hacen los trabajadores del SAT, de considerar un incremento salarial adecuado al incremento de precios y a lo caro que se está volviendo la vida, pareciera que comenzamos a darle más importancia al robot que a la persona.
Se anuncia un récord en la recaudación por parte de la institución, pero parecería quedar al margen el esfuerzo de las personas en este cometido.
