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Brecha generacional en el trabajo ¿Cómo evitarla?

La población económicamente activa presentó un aumento durante mayo de este año, con un alcance de 60 millones de habitantes. Sin embargo, dentro de este porcentaje se encuentran los mexicanos de 60 años y más, el cual representan el 14 % de la población (INEGI. 2022). 

Pero, el 38 % de los trabajadores de la tercera edad son subordinados o remunerados. Esto puede representar un problema ya que existe la exclusión al momento de emplear a personas de una generación mayor y crear una brecha generacional. 

Culturalmente, aún predomina la idea de que entre más crecemos, menor potencial y que el manejo de la tecnología es nulo a comparación de cómo lo haría un nativo digital. Estas ideas provocan problemas en un ambiente de trabajo y contribuyen a una idea errónea sobre la edad.

El edadismo limita el desarrollo laboral

A pesar de que la prohibición del límite de edad en puestos vacantes, no ha facilitado el acceso al empleo hacia las personas que tienen más de 55 años. Esta realidad se refleja en el siguiente informe realizado por la Secretaría de Economía, el cual muestra el rango de edad de la población ocupada.

Tabla que muestra el rango edad de las personas que tienen actividades económicas.
Fuente Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).

Creer en estos estereotipos, sólo nos hace caer en el edadismo. Su definición hace referencia a la discriminación, excluir y crear prejuicios de las personas por su edad. Limitando sus capacidades ya sea por ser muy joven o por ser considerado “demasiado grande” para desarrollarse laboralmente.

Dentro del otro extremo tenemos a las nuevas generaciones. Quienes al adentrarse al mundo del empleo, se encuentran con uno de los primeros obstáculos, el nivel de experiencia.

La cuestión aquí es que si los centros de trabajo no dan la oportunidad a estos talentos nuevos, ¿Cómo es posible adquirir esta experiencia con estas restricciones?

Dar la oportunidad a quienes apenas se incorporan al campo laboral y también aceptar a personas con la edad arriba del promedio (39.9 años de acuerdo con la gráfica), es dar un gran paso a la inclusión y fomentar la interacción intergeneracional. Ya que ver desde los dos extremos nos damos cuenta que la solución las pueden dar las empresas al incluir a estos dos grupos.  

Una oportunidad para todas las empresas

El primer paso es dejar a un lado el cliché de que el conocimiento sólo se transmite por medio de las generaciones más grandes y que los cambios los hacen únicamente los jóvenes. Ante este mundo con constantes actualizaciones, no podemos quedarnos atrás y si bien, la innovación es un punto bueno para las empresas, tanto jóvenes como adultos mayores pueden contribuir al cambio. 

Cabe mencionar que la eficiencia no está ligada con la edad. Lo ideal es enfocarse en la capacitación constante para el personal y así evitar la frustración que puedan sentir los empleados al no estar actualizados.  

Te dejamos algunos tips para crear un ambiente apto para todas las generaciones: 

  • Interacción constante entre generaciones. 
  • Brindar información clara para evitar la frustración. 
  • Hacer amena la bienvenida a los nuevos integrantes, sin importar a qué generación pertenecen.
  • Tener paciencia al momento de la capacitación. 
  • Crear un vínculo de confianza para que los empleados puedan expresar sus dudas y comentarios.

La misión de hacer más pequeña la brecha generacional

El ingreso y la reinserción al trabajo puede ser más accesible si las empresas otorgan la oportunidad de tener personal de diferentes generaciones, las cuales han demostrado que pueden complementarse y crear resultados eficientes. 

Las pequeñas empresas tienen la ventaja de adaptarse más rápido ante los cambios y crear ambientes positivos entre los empleados. Por lo que poner en práctica hábitos que disminuyan la brecha generacional es parte del cambio de las malas prácticas y prejuicios en el sector laboral.